Procesos conscientes… No se trata de rigidez

 Acompañando a las mujeres y a las parejas en este proceso de embarazo, maternidad y paternidad, me encuentro mucho con la reflexión de lo que está bien y lo que está mal. Si lo han hecho bien, si lo hacen bien, si lo harán bien…

¿Pero que es hacer algo bien?

Qué es lo correcto?

Este discurso muy polarizado no nos deja espacio para las diferentes posibilidades y caemos en que si estamos en un polo es como que para escapar del otro polo. Pero esto no deja de ser peligroso. Porque nos puede llevar a la rigidez, y la rigidez nos puede llevar a lo que es mecánico, y lo mecánico generalmente no pertenece a un movimiento vivo, ni pulsátil, ni orgánico.

Lo mecánico no interacciona, es previsible. Y nosotros los seres vivos y humanos no somos de esta naturaleza.

El paradigma reichiano no habla no tanto de lo que es correcto o incorrecto, sino de lo que es funcional o no en cada situación, en cada individuo, en cada proceso.

Cuando una mujer y su pareja se preparan a un parto “natural” inconscientemente traen consigo la imposibilidad de que ocurra cualquier otra situación: Si algo no va como imaginan pueden caer en el abismo de la gran frustración, sintiéndose culpables por no haber actuado suficientemente bien, por no haber entrado en lo que se esperaba de ellas. Las culpas pueden ser servidas tanto a ellas como a las situaciones externas, las personas que les acompañaban o al hospital.

En los grupos que llevo busco trabajar con las parejas para que entiendan que la preparación, no es una preparación a un parto natural, sino a un parto y nacimiento conscientes. Con esto sacamos el peso de una obligatoriedad escondida de que si no es “100% natural” es que no lo han hecho bien.

El parto y nacimiento consciente nos da más margen para pensar que una mujer puede sentir sus limitaciones y pedir una epidural en un momento determinado, pero no desde la derrota, sino desde sentir que para estar bien y recibir bien a su bebé en este momento necesita este apoyo.

Es distinto someterse a todos los protocolos hospitalarios sin criterios que pedirlos cuando una necesita, y parece que al huir de la primera situación no se acepta ninguna posibilidad hospitalaria. Aquí caemos en la rigidez… Nos herimos, nos hacemos daño. Y siento que es labor de los profesionales que acompañamos estos momentos es tratar de no crear más luchas sino de facilitar a unificar y aceptar distintas formas de parir y nacer.

Por que al fin al cabo lo importante es recibir a este bebé que necesita la presencia total de su madre y no parcial, si la otra mitad se ha quedado en la culpa, en la frustración, en el sentimiento de no haberlo hecho bien…

Cuando Hugo decidió nacer

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(ESCRITO PARA EL LIBRO Migjorn: Parir, nacer, crecer)

 

 

 

Era una noche de verano, Jose y yo ya habíamos pasado el día en la playa, hemos comido mariscos y por la tarde hemos decidido hacer un súper paseo caminando por Baixador de Vallvidriera y Les Planes. Había sido un día completo y para descansar, unas películas, entre ellas “El Principito”. Fue en el Principito cuando en un movimiento PUF: Aguas!!

 

Nos miramos a los ojos y nos hemos dicho: Ya empieza!!!

 

Una llamada a Migjorn y nos dijeron que esperáramos tranquilos y que intentáramos dormir. Mi corazón estaba a mil, solo pensaba ¿Cómo podré dormir con tanta emoción encima…? Jose me iba tranquilizando, pero ya sentía que ya quería venir Hugo. Más aguas! Empiezan las contracciones. Otra llamada, Montse Catalán nos dice para venir a Migjorn. Cogimos las cosas y fuimos tranquilamente en el coche con el cd de Rosa Zaragoza, miro las calles de Les Planes y pienso que cuando volvamos ya seremos tres!

 

Mi único miedo en el parto era que hubiera mucha gente pariendo cuando llegara nuestro momento y parece que basta tener un miedo para concretizar el pensamiento: En la casa habían muchas mujeres pariendo. No sabía dónde ponerme. Al final me puse en la terraza, mirando a Montserrat y gimiendo con cada vez más frecuencias. Montse nos lleva a su casa. Allí nos instalamos. Siento que todo iba muy rápido. Vamos a la bañera, en al casita de partos y allí estaban dos compañeras en proceso de dilatación. Llegar allí ha sido eterno, pues las contracciones eran muy seguidas y teníamos que ir parando: Montse Catalán y Jose me sostenían y cada vez que paraba les miraba y salían todos los tipos de emoción. Lloraba de alegría, de dolor, de expectación y de emociones que hoy mismo no sabría ponerles nombres. Me preparé para este momento pero ningún tipo de preparación nos hace tener la idea de lo que es abrirse para su bebé que está haciendo su camino. Es más fuerte de lo que una o uno se puede imaginar. Sabía que era Hugo el que hacía el camino y que yo solo tenía que abrirme y todo eso era muy poderoso. Era su ritmo, ya no era el mío y cada contracción me traía cada vez más cerca de mi hijo. Dolía, gritaba, abría, salían mis voces, salían miedos, salía algo de desesperación. No sabía más donde agarrarme.

 

Mooooontseeee”, gritaba… quería que estuviera a mi lado. Jose era una pieza fundamental, sabía que sin su fuerza no podría seguir. Estaba en el agua, pero ya sentía la necesidad de estar pisando tierra. Senté en a sillita de partos. Jose estaba detrás como una fortaleza, sosteniéndome, apoyándome, mucho más que físicamente, le sentía de verdad. Pero llegó el momento, aquél muy conocido en el cual solemos decir que ya no podemos más y fue allí cuando Montse me dice: “Es que ya has podido, Juliana. Hugo ya está aquí, tócale la cabecita”. Oh, tocaba la cabeza de Hugo, no me lo podía creer.

 

Llegó Ángels, y sentir su presencia ha sido muy reconfortante. Sentía que algo todavía no me dejaba abrir, Ángels muy acertadamente me miró a los ojos y dijo:” No tengas miedo, Juliana”, mirarle, abrir los ojos en este momento me ayudó a conectarme, y escucharle me ayudó a aceptar que tenía miedo. Todo eso fue como una “autorización” para terminar de abrirme.

 

Sentía la sonrisa en mi cara, los dolores ya no estaban, estaba el quemazón de su cabecita abriendo la vagina, pero esto ya lo vivía como alivio.

 

En unos segundos más ya tenía Hugo en mis brazos, que olor maravilloso!!!!! Que impresionante ver su carita, su aspecto y sentir su olor para mí ha sido algo que hasta hoy no quiero olvidar.

 

Enseguida se enganchó a la teta, que alegría, ya estaba cumpliendo mi función de mamá nutridora! Ver sus ojos abiertos mirándome me ha generado algo muy profundo, muy primitivo, que a veces intentar nombrarlo es complicado. Ya estábamos allí, empezando a crear un lazo de vínculo y de amor, siguiendo adelante el proceso de conocimiento y crecimientos recíprocos!!!! Jose detrás, mirando, sintiendo, apoyando, escuchando, atendiendo… gracias, Jose! Que importante es este calorcito a la espalda cuando estamos nutriendo, cuando estamos dando…

 

Hugo sigue naciendo en sus distintas etapas pues parece que cada etapa es salir otra vez al mundo, es afrontarse a los cambios. Y yo también, viviendo su crianza sigo abriéndome a estos procesos de tirarnos a lo desconocido, a crecer juntos, a conocer lo más intimo e escondido de mi misma que la relación a cada día desvela.

 

El nacimiento de Hugo nos hizo remover las tierras y las aguas subterráneas de la relación con migo misma y en la relación con Jose, por ello agradezco la paciencia que estos dos chicos tienen conmigo para que juntos podamos mirarnos y escucharnos con lo bueno y no tan bueno de estos momentos tan intensos.

 

Después de este día Migjorn ha cambiado para mí. Ha sido inevitable. La relación con Montse Catalán y Angels que siempre ha sido profesional en este momento se añadió un respeto profundo y una gran admiración. Siempre intuí que eran buenas pero después de estar en Migjorn como mamá pude sentir estar en el “otro lado” y entender la labor que tienen con las familias que acuden a esta casa, que hoy para mí es algo que pertenece a mi vida, a mi proyecto profesional. Gracias Montse y Ángels!

 

Dar a luz y nacer … La madre y el bebé en el mismo camino

 Articulo escrito para la revista «ser mâe» (Brasil, 2011)

la importancia de nacer
Si pudiéramos respetar estos primeros momentos de la vida en un ambiente cálido, relajado, donde la madre y el bebé pudieran tomar el tiempo necesario para cruzar este camino juntos, sin estrés, sería posible observar todas las condiciones necesarias para que el bebé todavía pudiera sentir el vínculo con su madre a través de sensaciones que acaban de ser despertadas a través de la piel, el olor, la vista, sintiendo esa sensación de formar parte de estos brazos y esta atmósfera que tanto conoce y que le devuelve toda la seguridad para existir.


Desde hace muchos años es conocido que las emociones y viviencias durante los períodos de gestación, nacimiento y en el puerperio dejan profundas marcas psicológicas que serán la base para desenvolvimiento de su personalidad y para las siguientes etapas de su vida. El momento del nacimiento es un momento crucial en la vida humana, ya que es un paso estrecho de la relación que tenía en el vientre de su madre, a un nuevo entorno que deben adaptarse a al través de la unión y el contacto con su seguro madre.


Si en este momento no hay interferencias que complique el parto y el bebé puede ser recibido de una manera amorosa y respetada, posiblemente tendrá registrada la sensación de bienestar y seguridad. De lo contrario, si recibido en un ambiente frío, manipulado, con el corte cordón umbilical de inmediato, la experiencia puede conducir a un estado de alerta, de contracción, de miedo, lo cual se recupera rápidamente al momento que se encuentre otra vez en los brazos de su madre. Teniendo en cuenta que si haya pasado por una experiencia de este tipo, siempre es tiempo de compensar en la atención de las vivencias posteriores el vínculo con el bebé.

El obstetra francés Michel Odent dice que la gran dificultad de las mujeres que dan a luz es el hecho de no sentirse cómodas en el ambiente que están: el ambiente frío y despersonalizado, no ayuda a la mujer a segregar oscitocina, conocida como la hormona del amor. Al contrario, segregan adrenalina, como consecuencia del estrés, el miedo y la falta de confianza en sus habilidades.


Asimismo, señala que las mujeres que dan a luz sin segregar esta hormona tienen más dificultades para vincularse inmediatamente con sus bebés, lo que conduce a la consecuencia de las dificultades con su lactancia materna. Es importante saberlo, porque de esta manera, si las condiciones del parto son estas, en el postparto se pondrá más atención, paciencia y tolerancia para compensar todos estos factores en la relación mamá-bebé..

 
Es importante decidir el parto que se desea, sentirse libres para eligir en casa, en el hospital, en una clínica particular, cualquier lugar es valido desde que sea una decisión de la pareja embarazada. También tener la posibilidad de encontrar la elasticidad cuando el proceso no va más allá de lo que se imaginaba o de lo que se idealizaba.


Tener en cuenta que el parto es un Proceso fisiológico e involuntario, por lo que no podemos controlar la situación. Las mujeres occidentales lo tenemos más difícil, estamos en una cultura donde el miedo es parte de nuestra vida, sexualmente estamos más reprimidas desde pequeñas, y abandonar la experiencia de la apertura puede resultar difícil (y dar a luz es una experiencia totalmente sexual). Nuestra mente puede desear, pero la memoria corporal no termina de posibilitar tal apertura. Por esta razón, tener en cuenta nuestras limitaciones es importante para hacer las paces con nuestro proceso y no sentirnos frustradas pensando que «no funcionó». Que sea posible permitirnos la experiencia y saber que podemos llegar hasta adonde podemos llegar. Y compensar aquello que no ha podido ser, con presencia y tranquilidad, que al fin al cabo es lo que realmente importa.

 

 

Embarazo, crianza y emociones

En el embarazo bebé y mamá están unidos, desde una simbiosis. Bebé siente a su madre, sus latidos, sus emociones. Mamá siente a su bebé, hay una vinculación, una relación muy fuerte desde las sensaciones: a partir de la semana 12 todos los órganos sensoriales están formados, y mamá por su lado, se vuelve más sensible, más a flor de piel, parece que para ajustarse con este bebé y con esta relación que está creciendo dentro de ella.

Las mujeres se ablandan cuando están embarazadas, se vuelven olvidadizas, temperamentales y todo lo que es del mundo más racional se queda apartado, para que pueda desarrollar esta relación plenamente con su bebé, desde lo emocional, en resonancia con su bebé, así es de sabia la naturaleza!

Muchas mujeres piensan que deben evitar tener sentimientos negativos en el embarazo. Las mujeres que suelen tener alguna experiencia más negativa intentan apartar de sus pensamientos, pero no saben que este tipo de control es en vano, dado que todo lo que llega al bebé llega a nivel sensitivo y que no controlamos lo que le llega o no. Así que lo que más vale es que las mujeres se entreguen a lo que estén viviendo, que puedan hablar con alguien de sus angustias y sobretodo no dejar al bebé solo con todas emociones. De esta forma mientras vive sus angustias si está conectada con su bebé, este no sentirá solo con una sensación rara y desconocida, porque mientras su mamá esté conectada él sabrá que todo está bien, y sobretodo que no esté solo en todo eso…

Y no es distinto en el parto y en la crianza. A veces las mujeres sentimos que debemos controlar algunas emociones que no son muy bien venidas, como el miedo o la ansiedad, por ejemplo. ¡Pero desgraciadamente las emociones no se controlan! Las emociones más bien se elaboran o se integran, pero no podemos eliminarlas como si se tratara de un programa de ordenador… Solo de luchar contra ellas ya hemos perdido energía, ya hemos perdido el foco y la presencia… Y perder el foco y la presencia en un momento como el parto y la crianza puede ser un poco desafortunado…. Porque es lo que más necesitamos para poder seguir…

Lo que los bebés realmente necesitan es de unas madres reales, unas madres que estén de verdad, aunque su verdad en el momento no sea como ella hubiera deseado…

Lo que garantiza al bebé unas buenas bases para sus siguientes etapas es esta vinculación con su madre real. Necesita sentirla, oírla, olerla, saborearla, necesita tenerla cerca para tener la confirmación de que existe de verdad. Solo así, sintiendo lo que es concreto y palpable, podrá un día abstraer, podrá un día imaginar que si no está, volverá, porque un día estuvo.

Pero ¿cómo puede sentir una mamá que se está exigiendo a todo el momento ser quien no es? Pues sí, sería un arduo trabajo mantener y ser quien una es leyendo tantos libros y tantas teorías!!!!! Con tantos consejos de tantas personas distintas que invaden sus vidas sin más para decir lo que es bueno y lo que es malo para ella y para su bebé… Al fin una ya no se escucha a sí misma y busca incesantemente algo de fuera que le de una respuesta YA: algún manual, o algún método fácil y sencillo, con los pasos bien descritos… 

En estos años he aprendido que los niños necesitan nuestra referencia para ser y para estar en el mundo. Están todo el tiempo registrando el mundo a través de sus cuidadores y del mundo que les rodea. Aprendí que en su caminito hacia su autonomía necesitan vivir etapa por etapa para ir ganando en seguridad.

En un primer momento el campo de interés/necesidad de los bebés es el campo materno, luego cuando ya se van haciéndose más ellos, creando más su identidad, amplían la percepción y el interés/necesidad hacia los papás, (más bien hacia la función y rol del padre) y a los demás miembros de la familia y en un tercer momento, cuando ya tienen tres añitos más o menos, empiezan a entrar en el campo de la sociabilización.

Aunque lo que aprenden se ha ampliado hacia el mundo, todavía necesitan la referencia de sus m/papás, necesitan saber que hacen sus m/papás para cuidarse unos de los otros, para saber como comunicarse, como tener respeto hacia el otro y hacia uno mismo, como dar valor a las cosas de uno y del otro, a poder saber que los sentimientos tienen su valor, y un largo etc. Pero es verdad que muchas veces estamos tan absortos pensando en respetarlos a ellos que fácilmente nos olvidamos de respetarnos a nosotros como cuidadores.

Si no nos cuidamos es muy difícil que tengan estas referencias para poder delimitarse en la vida, y cuidarse a ellos mismos!

Juliana Vieira 2012

Partos y nacimientos conscientes

 Articulo escrito para la revista «ser mâe» (Brasil) 2011 

Hoy en día podemos ver cómo existe una gran demanda hacia los partos y nacimientos mas humanos, respetados y concientes, los cuales las mujeres tienen una mayor probabilidad de manejar sus propios recursos y desencadenando menos intervenciones médicas innecesarias.

Las mujeres y sus parejas ganan en seguridad con un entorno tecnológico que puede ayudar si hay necesidad de alguna intervención médica, pero también con la información y la preparación, saben que si están en un entorno apropiado, el proceso de parto puede ocurrir de forma más natural.

Por lo tanto, es importante que tengan claro la forma en que se sientan más seguro/as. Luego el apoyo de la información sobre los procesos del parto puede ser de gran ayuda para entender algunas cosas, ya que no es común en nuestra sociedad compartir partos con otras mujeres como lo hacen en otras culturas o como en tiempos anteriores. Actualmente el parto es algo ajeno a nuestras vidas y por eso solemos pensar que alguien (médico por ejemplo) debería hacer por nosotros.

Conocer nuestro propio organismo y saber que el parto es un proceso fisiológico e involuntario puede ayudar a la hora de ser protagonistas de su propio proceso en el momento del nacimiento de su bebé. Y también para ser más conscientes de lo que se esta viviendo, al final, es un momento en el que la mujer se está abriendo el paso a su hijo que viene al mundo.

Cuando hablamos acerca de los partos más humanos y concientes, hablamos de la posibilidad de ver a cada mujer en forma individual. Cada mujer es única, cada parto es diferente, cada bebé tiene su tiempo para madurar y sentirse preparado para nacer. Teniendo en cuenta también el derecho de la mujer a elegir el tipo de parto que desea y cómo desea que, sin sentirse presionada, a no ser que hayan casos de necesidad.

Un parto más humanizado es un parto donde una mujer tiene la capacidad de conectar con sus propios recursos, tanto fisiológicos como emocionales, por eso sugerimos cuidar de ciertos aspectos que describo abajo:

Apoyo emocional de las personas que acompañan su parto, especialmente la pareja, que actua como “protector” a que no hayan disturbio. Que sientan que son capaces y que están haciendo todo lo posible en este momento.

 Intimidad y privacidad: Porque el acto de dar a luz no es un acto mecánico, sino más bien una dinámica a la cual la mujer se está abriendo emocional y físicamente, para esto la mujer debería sentirse en un ambiente donde las personas estén en relación con ella.
Si una mujer siente este espacio como íntimo, entonces es capaz de conectar con su cuerpo y sus sensaciones, segregando la «hormona del amor»: la oscitocina, a menudo administrada en hospitales para acelerar el parto (por lo general los dolores son mucho más fuertes y la mujer acaba sufriendo más) , nuestro cuerpo segrega esta hormona cuando estamos relajados y cuando estamos enamorados, por ejemplo. Es la hormona opuesta de cuando el cuerpo está en alerta, cuando estamos en alertas segregramos la adrenalina. Cuando la adrenalina se activa, el cuerpo entra en un proceso de contracción, y si contraemos, tesionamos, consecuentemente sentimos más dolor! Atención, podemos entrar en un estado de alerta con un simple comentario …

 Estar conectada con lo que está sucediendo, atenta en sus sensaciones, le ayudará a encontrar sus recursos. De esta forma en algún determinado momento necesitará mantener la mirada con alguien de las personas que le acompañen puede ser la matrona, puede ser la pareja, una amiga… cualquiera que pueda mantenerse frente a frente, facilitando a que conecte e que mantenga en contacto con lo que está sucediendo: la apertura de su cuerpo al paso de su hijo / hija. Esto no quiere decir que no puedan cerrar los ojos, se sugiere cuando la mujer necesite volver a estar en lo que está.

Tener en cuenta el tiempo y los ritmos individuales: Mientras mamá y el bebé están bien, sin ningún tipo de riesgo para la salud de los dos, es importante respetar el tiempo que una mujer necesita para terminar su proceso. En estos momentos es importante que ella no toma en consideración el reloj y cualquier tipo de control externo.

Los recursos:

La respiración: Poder respirar libre y ampliamente, soltando la boca, abriendo la garganta, lo que permite un diafragma flexible, expresando su dolor mediante la liberación del aire, que ayuda a estirar el músculo, ayuda al cuerpo a obtener más oxígeno, para tener más posibilidades lo que es encogiendo, lo que es tensa. La respiración ayuda a transformar lo que contrae, lo que duele. La respiración ayuda a detener la lucha con lo que nos hace sufrir, y le permite aceptar la ayuda con la dinámica de flujo. Además, el cuerpo necesita oxígeno para continuar con la apertura de la actividad intensa tao.

La expresión: Si sabemos que el parto es una experiencia fisiológica, sabemos que la experiencia es un movimiento involuntario, que significa que no podemos controlar. Este proceso está implicado funcionamiento neuromuscular, que está a su vez controlado por el sistema nervioso autónomo, el sistema que las emociones enlaces y el cuerpo. Para expresar las emociones y sensaciones que surgen, es muy positivo para los músculos que pueden ser más contratado (lo que provoca el dolor) puede entrar en una dinámica de extensión y relajación.

Fluir con el dolor: Toda nuestra vida se aprende a evitar el dolor, hasta qué punto podemos afrontar este reto? Hay un cambio de actitud y saber que el dolor y la sensación de que esto puede ser tratado si estamos en contacto, la respiración, la expresión y ser capaz de encontrar el movimiento necesario para nuestro cuerpo y el bebé están bien.

El movimiento, la búsqueda de posturas dinámicas que ayudan en la entrega: Hay mujeres que están mintiendo, así, puede pasar todo el trabajo en la misma posición, sino porque decidió, exigió a nadie. Otros necesitan sentir instintivamente ivres a sus necesidades corporales son satisfechos: de pie, mueve tu cintura, siento que el perineo se está moviendo, a sabiendas de que el bebé también está tratando de encajar en la pelvis cebecinha, busque y, a menudo con una pequeña Moviemento es suficiente. Encuentre una posición vertical, por ejemplo, ser en cuclillas o semi – en cuclillas durante el parto ayuda en la separación de las articulaciones entre los huesos pélvicos, aumentando el diámetro de la pelvis, ayudando el descenso del bebé.

La conexión con el bebé, que perdamos la vista de lo que está pasando …. Hablando con bebé, acariciarle …

Por último, decir que lo más importante de este momento y lo que más cuenta al final es la bienvenida del bebé. Es la manera en que este bebé puede volver a  sentirse ubicado dónde más familiaridad tiene, pase lo que pase, si el bebé siente que está otra vez con su mamá, las hormonas del estrés se van  disminuyendo y bebé se siente en la continuidad del cuerpo de su madre, podiendo relajarse y descansar.

El cuidado de la madre en estos momentos es muy importante, evitar las visitas (que no sean deseadas) y todo lo que no entorpezca el encuentro de esta diada, que necesita recuperarse y encontrarse desde el vínculo y el amor, bajo la mirada y la acogida del padre del bebé y la pareja de mamá.  

Juliana Vieira 2011